Nuestro organismo está en constante cambio y uno de los más importantes en la vida de la mujer es la menopausia. Supone la finalización de la vida fértil y se inicia con la etapa conocida como climaterio, en la que comienzan las alteraciones hormonales y puede durar varios años. Hasta que finalmente se instaura la menopausia, que se define como 12 meses sin men
struación.
En la menopausia se van a producir cambios fisiológicos significativos debido a la disminución de la producción de estrógenos y progesterona por agotamiento del ovario, lo que se va a traducir en ciclos más irregulares y finalmente la ausencia completa de menstruación cuando entramos en menopausia.
Estos cambios hormonales pueden producir un empeoramiento en la calidad de vida o aumento de la incidencia de determinadas patologías si no prestamos atención a nuestra salud.
Es un periodo en el que es primordial llevar a cabo hábitos saludables y realizar ejercicio físico, que como siempre, debemos adaptar a esta nueva etapa de la vida. La mayoría de las mujeres entrarán en menopausia alrededor de los 50 años, pero esto puede variar entre los 48 y 55años.
Los cambios más característicos de la menopausia:
- Sofocos: se perciben como una ola de calor que comienza en el pecho y en la cara y se extiende a todo el cuerpo. Cuando los sofocos se producen durante el sueño, afectan de forma importante al descanso nocturno
- Insomnio: cambios en el estado de ánimo, tendencia a la depresión y dificultad para concentrarse.
- Atrofia de la piel y otras mucosas: los estrógenos intervienen de forma importante en la síntesis de colágeno y ácido hialurónico.
- Sequedad vaginal: el cambio hormonal de la menopausia afecta también al epitelio vaginal y pueden ser frecuentes síntomas de escozor, picor y dolor o sangrado con las relaciones sexuales. También se acentúan los problemas del suelo pélvico.
- Disminución de fuerza, tono y elasticidad de los músculos y ligamentos.
- Alteraciones metabólicas y aumento de enfermedades cardiovasculares: cambios en el metabolismo de la glucosa y los lípidos, lo que hace frecuentes problemas de diabetes y colesterol. Se sabe que los estrógenos ejercen un papel protector a nivel de los vasos y en la menopausia aumenta el riesgo de hipertensión arterial e infarto de miocardio.
- También hay más tendencia a la ganancia de peso y redistribución de la grasa corporal, principalmente a nivel abdominal.
- Osteoporosis: los estrógenos son fundamentales en el mantenimiento de la densidad ósea. Con los años y la disminución de producción hormonal se acelera la pérdida progresiva de masa ósea y aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Beneficios del ejercicio físico en la menopausia:
Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico a intensidad moderada (150 minutos semanales, repartidos en sesiones de 30-40 minutos), junto con una rutina de entrenamiento de fuerza (2-3 días a la semana) y ejercicios de estiramientos contribuyen a aumentar la resistencia muscular, mejoran la elasticidad, el equilibrio y disminuyen la pérdida de masa ósea en la menopausia.
Depresión: Además, el ejercicio físico y las actividades sociales reducirán el riesgo de depresión en la menopausia y mejorarán tu estado de ánimo, ayudándote también a dormir mejor. También contribuirá a reducir los sofocos, controlar el peso y mejorar el metabolismo, reduciendo así el riesgo de diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Reduce el riesgo de cáncer de mama: la obesidad, el sedentarismo y el consumo de alcohol en la menopausia, según se ha demostrado, aumentan de forma significativa el riesgo de cáncer de mama.
Consejos
Realiza de forma regular ejercicios de la musculatura del suelo pélvico: te ayudará a prevenir problemas de incontinencia y prolapsos en la menopausia. Evita el alcohol, el exceso de cafeína y el tabaco: aumentarán la intensidad de los sofocos y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Fuente: carreraspopulares.com